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Rosácea y Acné Rosácea

La rosácea es una enfermedad cutánea crónica que se caracteriza por un enrojecimiento e inflamación de la piel, que a menudo también puede ocasionar ardor o calor intenso en la zona lesionada. Normalmente afecta las zonas centrales del rostro (mejillas, nariz, mentón y parte central de la frente), aunque también puede aparecer en el cuello, orejas, escote y cuero cabelludo.

La rosácea es una afección que tiene una repercusión negativa a nivel de la autoestima de los pacientes, sobre todo en los estadios más avanzados, ya que sus manifestaciones clínicas afectan mucho a su calidad de vida.

Su prevalencia es mucho mayor en pacientes adultos, en mujeres más que en hombres, normalmente con Fototipos claros (Tipo I y II) y piel sensible, aunque a veces puede aparecer en pieles un poco más oscuras. Comúnmente se denomina “la maldición de los Celtas” por su elevada incidencia en los habitantes del norte y este de Europa, sobre todo en irlandeses.

Esta patología incluye periodos de remisión pero también periodos en los que los signos y síntomas de la enfermedad empeoran, a modo de brotes. Que la rosácea empeore o no, no solo va a depender de la presencia de algunos de los agentes externos causales, sino del estado emocional y de estrés del propio paciente.

La genética y el componente hereditario (si en la familia existen antecedentes con rosácea es más fácil padecerla) son factores que predisponen a padecerla, pero existen factores desencadenantes que pueden agravar sus síntomas: exposición solar, estrés emocional, la ingesta de algunos alimentos (especialmente la comida picante, carne adobada, bebidas calientes, etc.), el alcohol, el viento, algunos medicamentos, clima muy frío, cambios bruscos de temperatura, la humedad, etc.

Los síntomas más frecuentes son: enrojecimiento, rubor facial, granos, arañas vasculares (telangiectasias) y lesiones cutáneas (pústulas o pápulas) en casos más graves.

La rosácea se puede clasificar en 4 grados diferentes en función de cuáles son los síntomas principales y de cuál es la zona más afectada del rostro.

  • ESTADÍO I: Rubor facial, enrojecimiento persistente y arañas vasculares (telangiectasias). Se manifiesta principalmente en mejillas, frente y mentón.
  • ESTADÍO II: Enrojecimiento persistente, sensación de ardor, hinchazón y granos. Se manifiesta principalmente en mejillas, frente y mentón.
  • ESTADÍO III: Agrandamiento y engrosamiento de la piel, aparición de pápulas y pústulas. Afecta normalmente a la zona de la nariz (rinofima).
  • ESTADÍO IV: Sensación de ardor intensa, irritación ocular, párpados enrojecidos y conjuntivitis.

Aunque la rosácea es una patología cutánea con una importante incidencia en los países del norte, todavía no se conoce con certeza las causas de la rosácea. Sus manifestaciones clínicas varían mucho de un paciente a otro y se cree que por la implicación que tiene en su aparición el estado emocional de paciente, podría estar implicado el sistema inmunitario el cual provoca la formación de vasos sanguíneos superficiales. También se ha determinado que los pacientes con rosácea tienen mayor cantidad de ácaros Demodex en la piel, que se deberían de tratar.

Se considera una patología crónica que aunque siempre va a persistir, su diagnóstico precoz y tratamiento van a evitar que los síntomas se agraven con el tiempo.

Como prevenir su aparición

  • Evitar la exposición solar directa. Usar protector solar SFP+50 todo el año.
  • Alimentación equilibrada: evitar alimentos picantes, carne condimenta y especiada.
  • Evitar el consumo de alcohol.
  • Evitar el consumo de alimentos muy fríos o muy calientes.
  • Evitar los contrastes de temperatura, en la medida de lo posible.
  • Controlar y gestionar el estrés.
  • Utilizar cosmética domiciliaria apropiada para pieles sensibles y con tendencia a la fragilidad capilar. Son pieles en las cuales la rutina de limpieza es imprescindible, siempre con productos adecuados.

Tratamientos:

  • Láser Pixel de CO2 Fraccionado: Mediante el dióxido de carbono se realiza una vaporización de las capas superficiales de la piel, lo cual puede resultar eficaz para la corrección estética del rinofima (acné rosácea y engrosamiento de la nariz), al mismo tiempo que podemos tratar la hipertrofia de las glándulas sebáceas y la fotocoagulación de los vasos sanguíneos dilatados.
  • Peeling químico componente vascular: Consiste en la aplicación de diferentes principios activos químicos para producir una destrucción limitada de la epidermis y de las primeras capas de la dermis. Según el ácido utilizado (Salicílico, Azelaico, Láctico, Mandélico, Tranexámico, Retinoico, etc.), su concentración y su capacidad de penetración pueden ser superficiales, medios o profundos llegando a las diferentes capas de la piel. Gracias a su acción queratolítica se estimula el recambio celular a nivel epidérmico y de la unión dermoepidérmica, favoreciendo la recuperación de la función barrera de la piel, así como actuar sobre el componente inflamatorio y vascular de la pieles más sensibles.
  • Luz Pulsada intensa (IPL): Es un láser frío de baja intensidad y mínimamente invasivo, que gracias a la emisión de una luz policromática de alta intensidad (entre 515 nm- 1.200 nm), de muy corta duración (pulsos) y con diferentes longitudes de onda, puede actuar en las diferentes capas de la piel para tratar el componente vascular e inflamatorio de la piel y sobre los capilares rotos (telangiectasias). Se considera uno de los tratamientos de elección.
  • Tecnología Luz DYE VL y SVL IN MOTION: Es una luz pulsada de tercera generación con un espectro de banda estrecho (500- 600 nm), que a través de su cabezal DYE VL concentra la emisión de energía en los dos picos de absorción de la oxihemoglobina, pudiendo así tratar el componente vascular tanto superficial como profundo, tan característico de la Rosácea como del acné Rosácea. Además, mediante la tecnología exclusiva DYE SVL “IN MOTION” podemos realizar estos tratamientos en las pieles más sensibles, los 365 días de manera eficaz, y evitando los efectos secundarios que suelen producir este tipo de tratamientos.
  • Biofotomodulación (Plataforma Kleresca): tratamiento dermatológico no invasivo que mediante un gel cromóforo conversor, transforma la luz azul de la lámpara Kleresca en energía fluorescente para estimular los procesos biológicos y los mecanismos de reparación naturales de la piel, mejorando los principales signos y síntomas de la rosácea. Se reduce la sensación de ardor y escozor de la piel, el enrojecimiento general y los granos, pústulas y pápulas.
  • Terapia Fotodinámica LED´s: consiste en la emisión de una luz visible de baja potencia a través de una lámpara de LED´s y del poder de los colores, según el efecto que se quiera obtener. Los fotones emitidos por la lámpara son absorbidos por los cromóforos mitocondriales de las células de la piel, favoreciendo el transporte de electrones y la liberación de óxido nítrico con ATP (Adenosina Trifosfato), lo cual mejora el flujo sanguíneo y la reparación de los tejidos. La bioestimulación de las capas más profundas de la piel va a mejorar el componente vascular inflamatorio tanto a nivel superficial como profundo.

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